Este fin de semana, diversos
medios de comunicación se han hecho eco de un informe publicado por TNS
Descopia sobre los hábitos de estudio de los niños españoles. Este Informe señala que el 80% de los
estudiantes de primaria recibe ayuda y que 45% de los de secundaria.
Este informe pon en
entredicho el falso discurso de que los
padres no se preocupan por la educación de sus hijos, pero ¿ están haciendo lo
correcto?, ¿ les están ayudando.? es una pregunta frecuente en el departamento de orientación del centro.
El
primer consejo es sin duda que la relación padre e hijo no se escolarice,
riesgo que señala la pedagoga Maite Rodríguez Estévez, en el artículo del país,
no podemos dedicar el poco tiempo que
tenemos para estar con los hijos únicamente a realizar tareas escolares, y
buscar resultados académicos, pues son necesarios tiempo para juego, valores
responsabilidades etc. Toda la vida
familiar no puedo girar entorno a la escuela y tampoco podemos generar
dependencia a la hora de realizar las tareas.
Los
padres deben intentar ser “asesores” que
ayude al niño y adolescente a gestionar bien su tiempo y sus objetivos con el
fin de mejorar su rendimiento y facilitar que pueda realizar otra actividades
no académicas en su tiempo libre. En este
sentido es muy útil hacer un horario para la jornada de tarde, donde los
alumnos puedan alternar tareas escolares con otras más lúdicas.
Por último
ofrecemos recomendaciones con sentido común: ( el país)
El
padre no debe sentarse en una silla al lado del estudiante porque transmite
mensajes negativos: “No sabes hacerlo solo”, “descuida, que yo me ocupo”.
No
hay que corregir los ejercicios en casa. El objetivo no es llevarlos perfectos,
sino probar a hacerlos para ser conscientes de la dificultad. El profesor
corrige mejor; hay que oírle.
No
hay que dedicar toda la tarde a estudiar. Mejor si juega con los amigos en
algún parque; mejora la concentración al llegar a casa.
El
niño tiene que anotar en una agenda los deberes, lecciones a estudiar, trabajos
a entregar y fechas de examen.
Hay
que comenzar por una tarea breve y sencilla para calentar motores y luego hacer
la menos agradable. Reservar para el final algo liviano y entretenido.
Un
reloj en la mesa ayuda a controlar el tiempo.
Recordar
que no es posible mantener la atención ininterrumpidamente más de 40 minutos.
Es
recomendable estudiar en un lugar de la casa que no sea de uso común, con el
móvil apagado y con las menores distracciones posibles.
Hay
que comprobar que ha corregido en clase los deberes y en qué ha fallado.
Alberto Bernabeu
Dpto. Orientación